martes, 18 de octubre de 2011

Células de biocombustible, la electricidad que sale del cuerpo




David Cohen
BBC, Tecnología
Las células de biocombustible usan glucosa y oxígeno del cuerpo para generar energía.
Enchufar los dispositivos electrónicos a tomacorrientes en la pared, cargarlos con pilas o quizás con paneles solares, no tiene nada de extraño. Esas son las formas cómo usualmente obtenemos energía para nuestros aparatos. ¿Pero se imagina que los pueda enchufar en su cuerpo?
Podría sonar demasiado rebuscado, pero bajo a los pies de los Alpes, el doctor Serge Cosnier y su equipo en la Universidad Joseph Fourier de Grenoble, en el sur de Francia, han construido un dispositivo que lo haría posible.
El aparato, que es llamado célula de biocombustible o célula de combustible biológico, utiliza la glucosa y el oxígeno de las concentraciones que se almacenan en el cuerpo para generar electricidad.
Se trata del primer equipo de científicos en el mundo que demuestran que su dispositivo funciona tras ser implantado en un animal vivo.

Si todo marcha como está planeado, las células de biocombustibles podrían ser usadas para alimentar con energía a una amplia gama de implantes médicos, desde sensores y dispositivos para suministrar medicamentos internamente hasta órganos artificiales.
Todo lo que necesitas para activarlos es comer una barra dulce o una bebida gaseosa.

Revolución
Las células de biocombustibles podrían iniciar una revolución en el mundo de los órganos artificiales y las prótesis, lo cual podría transformar las vidas de decenas de miles de personas cada año.
Una nueva gama de órganos artificiales, impulsada por electricidad, está en pleno desarrollo, incluyendo corazones, riñones y esfínteres urinarios.
También ha comenzado el desarrollo de miembros artificiales como manos, dedos e incluso ojos. Pero todos tienen un talón de Aquiles: necesitan de electricidad para funcionar.

Las pilas son lo suficientemente buenas para algunos implantes que no requieren mucha energía, pero se agotan muy rápido.
Incluso dispositivos que no usan mucha electricidad, como los marcapasos, tienen una vida útil limitada debido a que dependen de las baterías.

Usualmente, es necesario que dichas baterías se remplacen después de cinco años de su implantación.

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